martes, 3 de mayo de 2011

¡NO AL ALZA DE ARANCELES!

Por todos es conocido el descontento generalizado producido por el alza arbitraria de aranceles sufrida este año por los estudiantes de la UTA. Esta situación no solo involucra a los estudiantes locales sino que afecta a la mayoría de los estudiantes de las universidades tradicionales en Chile.

La medida del alza de aranceles se enmarca en la lógica de auto financiamiento, según la cual cada universidad debe proveerse sus propios recursos con escaso aporte estatal (el estado de Chile, de acuerdo a cifras de la OCDE, aporta un 14% de los recursos; el 86% restante corre por cuenta de las familias ya sea, por medios directos -pagos al contado-, indirectos -créditos- o mixtos -parte al contado, parte mixto-).

Como se ve, es mas fácil para rectoría meter las manos al bolsillo del estudiante, que reestructurar su política de inversión, funcional al modelo y las necesidades del mercado. La solución es pragmática y es aceptada casi sin reparo por los estudiantes ya que la gran mayoría está acostumbrándose a ser tratados como meros alumnos-clientes, mentalidad que repercute en que si el servicio otorgado se condice con el precio, entonces, es legítimo pagarlo. Si bien, es absolutamente válido y legítimo este descontento, hay que tener presente que la educación es un derecho y, como tal, no puede ser regido bajo esa lógica mercantilista. Con todo, ni siquiera dentro de esa lógica de alumno-cliente se justifica el alza de aranceles en la UTA en razón del crónico déficit en los requisitos mínimos de enseñanza: falta de profesores, de libros, infraestructura, etc. Todo esto se agrava si consideramos la realidad de Arica, una de las ciudades con mayor índice de desempleo, salarios mal pagados y en condiciones laborales precarias.

Hay voces que dan cuenta de este abuso. Es necesario encarar esta lucha con perspectiva de corto y largo plazo. En el corto plazo, dar cuenta de que el alza no se justifica tanto por las razones antes esgrimidas como por lo irrisorio que resulta que el arancel mensual sea superior a un sueldo mínimo. En el largo plazo, una victoria en este sentido (de frenar el alza de aranceles) favorece la discusión en torno a recuperar la educación para los hijos de los trabajadores, convertir a la universidad en un depositario de ideas transformadoras –y no reproductoras- de la realidad, tendientes a un proyecto popular, público y libertario de educación.

El llamado es a avanzar en un proyecto educacional revolucionario, que supere el actual modelo. Nos parece indignante que la educación sea un negocio y que las puertas de la universidad esté abierta a quienes pueden costearla, quedando para el resto –nosotros, la gran mayoría- la vía del endeudamiento millonario.

Como FEL, proponemos

-COMO MEDIDAS URGENTES.

1.- Congelamiento real y nacional de los aranceles, y posterior reducción real de los aranceles. Esto en las universidades estatales apunta al financiamiento estatal, mientras que en las privadas apunta a que todas ellas son parte de Holdings o empresas que las utilizan según sus intereses. De esta manera el empresariado puede correr con el financiamiento de esas instituciones perfectamente y no habría excusas de desfinanciamiento.

2.- Fomento del crédito fondo solidario en desmedro y desaparición del crédito con aval del estado, ya que el crédito con aval del estado tiene un interés anual de un 8 % a diferencia del crédito del fondo solidario que es de un 2% anual, además ante la morosidad del estudiante este se puede ver afecto al embargo de sus bienes.

-COMO ORIENTACIONES MAYORES.

3.- Educación como derecho social, lo que implica libre acceso y retención. Lo anterior se traduce en que no debe ser pagado, saliendo de la lógica gratuidad/cobro, y que su financiamiento debe ser 100% estatal con fondos de libre disposición para el establecimiento educacional, en tanto los recursos estatales corresponden a usurpación de riqueza social.

4.- Participación real en el proyecto educacional: es decir controlado por la comunidad organizada en calidad de iguales, incluyendo a todos los actores que participan en el proceso educacional, alumnos, funcionarios, profesores, y en función de los intereses del pueblo.

Frente a las alzas de aranceles y las arremetidas privatizadoras

Crear poder estudiantil para el poder popular

¡Arriba los que luchan!